jueves, 30 de octubre de 2014

OCHO: "Bienvenidos a nuestra escuela, su escuela"

    Con esa frase de una niña de primaria, trece alumnos nuevos arribaron el pasado martes 21 de octubre a la Escuela Experimental de Malvín. Su llegada fue emocionante, tan así que las lágrimas no tardaron en aparecer en algunos niños que esperaban a los nuevos integrantes y en adultos que especialmente se acercaron a Decroly y Michigan para observar el destacado suceso.

    Es que los trece niños que se dividirán entre 1º, 3º, 5º y 6º de primaria son sirios y pertenecen a las cinco familias que llegaron a Uruguay el 9 de octubre. La relevancia de la situación permite hoy en día, tal vez irónicamente, que los uruguayos sean más conscientes de lo que realmente está sucediendo. El shock, cambio y  la rapidez de los acontecimientos para las familias sirias hacen que sus mentes vivan en un estado de permanente sorpresa, en el que las emociones se protegen mediante el asombro. 

               Estos 42 refugiados sirios vieron con sus ojos los desastres más atroces de la humanidad. El peligro, la tristeza de perder seres queridos, el miedo o mejor dicho terror, representan la forma de vivir a diario para las personas testigos de una guerra civil que ya cumple tres años. La cantidad de refugiados sirios asciende a tres millones, casi la población uruguaya, y nuestro país, mediante el plan promulgado por el presidente José Mujica y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha abierto las puertas para ayudar al prójimo.

              Para la historia quedará entonces aquel 21 de octubre de 2014 en que las sonrisas fueron la consigna en un día de clases que ninguno de los presentes olvidará. Con una breve ceremonia en la que se cantaron canciones alegres nacionales en conjunto con estrofas traducidas al árabe, los niños llegaron en un ómnibus cortesía de CUTCSA, recibieron de parte de alumnos y maestros la simbólica túnica blanca con la elegante moña azul y comenzaron a lucirse con algunas palabras en español como “hola” o “muchas gracias”.

              Las cinco familias sirias están actualmente viviendo en la Casa de Retiros de Los Hermanos Maristas, recibiendo clases de español diarias para adaptarse tanto al idioma como a las costumbres y leyes de nuestra patria. El objetivo es claro: padres que puedan trabajar, chicos que puedan estudiar. ¿El resultado? Comodidad y comenzar a sentir a este pequeño territorio como una segunda casa que, en cuanto quieran, puede ser su primera casa. Intentar dar las oportunidades que todos merecen a personas que sufrieron realidades inhumanas e injusticias provocadas por el afán de poder.

  A partir del año que viene, cuando sean realojados, los niños irán distribuyéndose entre los distintos centros educativos de Uruguay. Además, un segundo grupo de 80 refugiados sirios llegarán a nuestro país en febrero de 2015. Con los brazos abiertos, un 69% de los uruguayos está de acuerdo con la llegada de estos iguales y le dicen: bienvenidos sean. 

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